martes, 18 de diciembre de 2012

TUS SENTIMIENTOS O AGRADAR A DIOS - DEVOCIONALES



¿Tus sentimientos o agradar a Dios?





Una de las áreas en las que la mayoría de personas luchan diariamente es en cuanto a sus sentimientos, en especial para las personas que están solteras. Y es que a veces pareciera que enamorarse es cuestión de segundos cuando conoces a alguien que instantáneamente te atrae en cualquier sentido.

¿Te has enamorado alguna vez de alguien de quien nunca debiste enamorarte?

La verdad es que la mayoría de veces que pensamos estar enamorados, simplemente no lo estamos, más cuando sabemos que ese sentimiento hacia esa persona no es correcto, en el sentido de que esa persona de la cual piensas estar enamorada o enamorado tiene otra relación o en otros casos ya esta casado o casada.
La Biblia dice que el corazón es engañoso: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” Jeremías 17:9 (Reina-Valera 1960). No todo lo que sentimos es lo que realmente queremos, no todo lo que sentimos es realmente correcto, los sentimientos del ser humano son inestables y a veces nos quieren llevar a hacer cosas que van en contra de nuestras creencias o en contra de lo que Dios ha estipulado en la Biblia.
Semanalmente recibo muchas cartas de personas contándome sus historias de cómo se enamoraron de la persona equivocada y de cómo hoy no saben como salir de esa situación, personas que creyeron enamorarse pero que en el fondo saben que susentimiento no es correcto, porque están enamorados de personas que tienen otras relaciones o en muchas casos de personas que ya están casadas.

¿Qué hacer cuando me enamoro de alguien que sé que no debí enamorarme?

La mayoría creen en las frases: “Al corazón no se manda”, “Yo no decido de quien enamorarme”, “Solamente paso”, pero la realidad es que esas frases más allá de una verdad son simples excusas ante un hecho incorrecto.
Cuando te enamoras de alguien que no debiste enamorarte lo que tienes que hacer esTOMAR DECISIONES DETERMINANTES, es decir, si te enamoraste de alguien que tiene novia, novio o de alguien que esta casado, lo que tienes que hacer es TERMINAR ESA RELACIÓN lo más antes posible. No le des vuelta al asunto, no andes preguntando de consejería en consejería qué es lo que tienes que hacer, cuando lo que tienes que hacer es TAN OBVIO.
Quizá tú digas: “Es que no puedo, ya lo intente varias veces y no puedo dejar a esa persona”, ¡No me digas que no puedes!, mejor dime que no quieres, porque si realmente quisieras ¡Lo harías!
Para hacer la voluntad de Dios se necesita amarrarse bien los pantalones, dejar aun lado lo que humanamente o sentimentalmente quiero, para comenzar a hacer lo que Dios quiere en mi vida.
Un hijo o hija de Dios nacidos de nuevo, nunca serán felices en una relación incorrecta, lo único que estaránhaciendo es arruinando poco a poco su vida, porque al final eso terminara mal y sus corazón dañados.
Lo más increíble de todo esto es que cuando te “enamoras” de alguien imposible  y mantienes una relación con esa persona, Dios siempre estará allí por medio de su Espíritu Santo redarguyendo tu corazón, haciéndote ver que estas haciendo lo incorrecto, mostrándote que no tienes que hacer eso, pero sin embargo en la mayoría de los casos las personas hacen caso omiso a la voz del Espíritu Santo en sus vidas.
¿Qué hacer cuando estoy en una relación que no es correcta delante de los ojos de Dios?, simplemente DECIDIR TERMINAR ESA RELACION desordenada. Si eres una chica y tienes novio y estas manteniendo una relación oculta con otro chico: ¡Haz lo correcto delante de los ojos de Dios!, si eres un chico que tiene novia y estas manteniendo una relación con una o varias chicas a escondidas: ¡Haz lo correcto delante de los ojos de Dios!, si eres una persona soltera que esta manteniendo una relación amorosa con una persona que esta casada: Por el amor de Dios, ¡Haz lo correcto delante de los ojos de Dios!, a cada uno de los casos: ¡TOMEN DECISIONES DETERMINANTES!
A las personas que son “la otra” o “el otro”, por favor: ¡Valórense!, tú no fuiste creado para ser la otra o el otro, tú fuiste creado por Dios para ser el principal, para amar y ser amado, no para menigar amor imposible de alguien que no te fue dado por Dios.
Hoy es el día indicado que Dios tenia preparado para que entendieras esto: DEBES DE TOMAR DECISIONES DETERMINANTES para comenzar a ver resultados maravillosos en tu vida. Debes dejar de mantener esa relación prohibida e incorrecta delante de los ojos de Dios y comenzar a hacer lo correcto, debes DECIDIR.
Ahora, quizá tu digas: “Si supieras cuantas veces lo he intentado y he fallado”, yo te diría: ¡Inténtalo una vez más! Y toma en cuenta lo que la Palabra del Señor dice:
La Biblia dice: “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” Filipenses 2:13 (Reina-Valera 1960).
Además también  tienes que saber que: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” 2 Timoteo 1:7 (Reina-Valera 1960).
Y por si eso no fuera poco también dice:  "Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas” Filipenses 4:13 (Nueva Traducción Viviente). 
Hoy es el día indicado en donde tienes que sacar fuerzas de donde no las hay, y en donde tienes que decidirte por AGRADAR A DIOS y dejar aun lado tus sentimientosdesordenados. No pienses en lo que sientes, sino en lo que es correcto delante de los ojos de Dios y basado en ello, toma las decisiones que tienes que tomar.
A veces las personas no entenderán el porque de tu decisión, pero cuando Dios habla a tu corazón y te motiva a volver al camino correcto, no hay sentimiento que pueda obstaculizar al hecho de ir y hacer lo que Dios quiere que hagas, y aunque humanamente se te haga difícil, tienes que esforzarte y ser valiente para mantenerte firme en tu decisión de obedecer a Dios.
Siempre habrá en la vida decisiones dolorosas, pero cuando esa decisión lleva la única intención de agradar a Dios, ese dolor debe convertirse en gozo, porque no hay nada mejor que TRATAR DE AGRADAR A DIOS EN TODO. ¡Adelante! ¡No desmayes! ¡Sé fuerte!
¡Vamos! Es momento de ordenar tu vida y comenzar a caminar como Dios ha querido que camines desde hace mucho tiempo, es momento de dejar aun lado lo que tussentimientos equivocados te han llevado a hacer y es tiempo de comenzar a hacer TODOlo que AGRADE A DIOS.

¡Tú puedes porque Dios esta de tu lado!

domingo, 16 de diciembre de 2012

COMO VENCER LA TENTACIÓN - DEVOCIONALES


Cómo vencer la Tentación


A veces puedes sentir que una tentación es demasiado insoportable, pero eso es una mentira de Satanás.
Dios ha prometido que nunca permitirá que haya más sobre ti que lo que te pone dentro para vencerla.
Él no te permitirá ninguna tentación que no puedas superar.
Sin embargo, también debes hacer tu parte practicando ciertas claves bíblicas para derrotar la tentación, una de ellas es concentrar tu atención en algo diferente.


Te sorprenderá saber que en ninguna parte de se nos dice que debemos “resistir la tentación”. Se nos dice que “resistamos al diablo (Santiago 4:7), pero eso es muy distinto. En cambio, se nos aconseja que volvamos a enfocar nuestra atención porque resistir un pensamiento no resulta. Sólo intensifica nuestro enfoque en lo malo y fortalece su fascinación.
Permíteme explicarte:
Cada vez que intentas bloquear un pensamiento en tu mente, lo grabas más profundo en tu memoria. Cuando lo resistes, en realidad lo refuerzas. Esto resulta especialmente cierto en el caso de la tentación. No la derrotas luchando contra los sentimientos que te produce. Cuanto más luchas contra un sentimiento, tanto más te consume y controla. Realmente lo fortaleces cada vez que piensas en él.
Dado que la tentación siempre empieza con un pensamiento, la manera más rápida para neutralizar su fascinación es concentrarte en otra cosa. No luches contra ese pensamiento, simplemente cambia el cauce de tu mente y procura interesarte en otra idea. Este es el primer paso para derrotar la tentación.
La batalla contra el pecado se gana o se pierde en la mente.
Cualquier cosa que atrape tu atención te atrapará a ti. Por eso Job dijo: “Hice un pacto con mis ojos para no mirar con lujuria a ninguna mujer joven”, Job 31:1. Y el salmista oró: “Guárdame de prestar atención a lo que no tiene valor”, Salmos 119:3.
¿Alguna vez viste un anuncio comercial en la televisión promocionando una comida y de repente sentiste hambre? ¿Has oído toser a una persona alguna vez e inmediatamente sientes la necesidad de aclarar la garganta? ¿Alguna vez viste a una persona abriendo la boca en un gran bostezo y enseguida sentiste ganas de bostezar también? (¡Es posible que estés bostezando ahora mismo mientras estás leyendo esto!) Ese es el poder de la sugestión. En forma natural nos acercamos a cualquier cosa en la que nos concentremos. Cuanto más pienses en algo, tanto más fuerte te retendrá.
Por esa razón la repetición de “Debo dejar de comer demasiado… o dejar de fumar… o dejar la lujuria” es una estrategia de derrota. Te mantiene enfocado en lo que no quieres. Es como si anunciaras: “Yo nunca voy a hacer lo que hizo mi madre”. Te estás preparando para repetirlo.
La mayoría de las dietas no resultan porque lo mantienen a uno pensando en la comida todo el tiempo, garantizando que tendremos hambre. Del mismo modo, un orador que se repite a sí mismo todo el tiempo: “¡No te pongas nervioso!” ¡Se prepara para ponerse nervioso! En cambio debería concentrarse en cualquier otra cosa excepto en sus sentimientos: en Dios, en la importancia de su discurso o en las necesidades de sus oyentes.
La tentación empieza por captar tu atención. Lo que capta tu atención estimula tu deseo. Después tus deseos activan tu conducta, y actúas con base en lo que sentiste. Cuanto más te concentres en “No quiero hacer esto”, tanto más fuerte te atraerá hacia su red.
Hacer caso omiso de una tentación es más eficaz que luchar contra ella. En cuanto tu mente está en otra cosa, la tentación pierde su poder. Así que, cuando la tentación te llame por teléfono, no discutas con ella, ¡simplemente cuelga!
A veces esto significa dejar físicamente una situación tentadora. Hay ocasiones en que lo correcto es huir. Levántate y apaga la televisión. Aléjate de un grupo que está contando chismes. Abandona el cine en medio de la película. Para que las abejas no te piquen, quédate lejos del enjambre. Haz lo que sea necesario para
concentrarte en otra cosa.
Desde el punto de vista espiritual, nuestra mente es el órgano más vulnerable. Para reducir la tentación, mantén tu mente ocupada con de Dios y otros pensamientos buenos. Los pensamientos malos se derrotan pensando en algo mejor. Este es el principio del reemplazo. Vence el mal con el bien (Romanos 12:21).
Satanás no puede llamarnos la atención cuando nuestra mente está preocupada con otra cosa. Por eso nos aconseja repetidas veces que mantengamos nuestras mentes enfocadas: “Consideren a Jesús”, Hebreos 3:1. “Siempre piensen en Jesucristo”, 2 Timoteo 2:8. “Llenen sus mentes de las cosas que son buenas y que merecen alabanza: cosas que son verdaderas, nobles, correctas, puras, encantadoras, y honorables”, Filipenses 4:8.
Si realmente quieres derrotar la tentación, debes organizar tu mente y monitorear tu consumo de los medios de información.
El hombre más sabio que haya vivido jamás, advirtió: “Ten cuidado cómo piensas; tu vida está moldeada por tus pensamientos”, Proverbios 4:23. No permitas que la basura entre a tu mente indiscriminadadmente. Sé selectivo.
Escoge con cuidado en qué cosas vas a pensar. Sigue el modelo de Pablo: “Llevamos cautivo todo pensamiento y hacemos que se rinda y obedezca a Cristo” 2 Corintios 10:5. Esto requiere una vida práctica, pero con la ayuda del Espíritu Santo puedes reprogramar tu manera de pensar.

BUSCANDO LA PAZ EN LAS RELACIONES PERSONALES - DEVOCIONAL


Buscando la paz en las relaciones personales


¿Cómo hacer las paces con un amigo, un hermano en la iglesia o con mi esposo/a después de una discusión? ¿Por qué a veces nos cuesta tanto? ¿Qué consejos nos da la Biblia en este tema?
Antes de considerar la práctica de la reconciliación, necesitamos unas reflexiones previas sobre la enseñanza bíblica en torno al enojo y la ira.
En este artículo veremos como enfrentar los enfados y enojos, para que nuestra relación de amistad o de pareja funcione correctamente.
El enojo no siempre es pecado
De hecho hay ocasiones en las que el no airarse puede ser ofensivo para Dios.
El silencio cómplice ante determinadas conductas desagrada profundamente al Señor. Se nos dice de Pablo que mientras andaba por las calles de Atenas «su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría» (Hch. 17:16). Y ¿qúe diremos del mismo Señor Jesús cuando, indignado, «cogió un azote de cuerdas y volcó las mesas de los mercaderes en el templo» (Jn. 2:13-16). Hay, pues, un tipo de ira que lejos de ser pecado expresa el enfado del creyente al contemplar el mundo con los ojos de su Señor. Es lo que podemos llamar una ira santa y justa.
¿Cuándo la ira se convierte en pecado?
Pablo, por otro lado, nos da a entender que también es posible airarse sin pecar: «Airaos, pero no pequéis» (Ef. 4:26). A la mayoría de nosotros nos hubiera gustado tener una lista de situaciones en las que podemos enfadarnos sin pecar, pero no se nos especifican. Es providencial que Pablo fuera muy inconcreto en este punto. Al apóstol no parecen preocuparle los tipos y causas de conflicto que llevan al enojo. Sin embargo, de manera inmediata puntualiza la condición para que el enojo no se convierta en pecado:
«No se ponga el sol sobre vuestro enojo» (Ef. 4:26)
En otras palabras, la ira llega a ser pecado cuando no va seguida de una pronta reconciliación, «antes que se ponga el sol». Nadie debe acostarse con el corazón dominado por la ira. Ello es así porque el enojo guardado es el primer paso hacia el odio y ambos juntos crean un caldo de cultivo idóneo para la amargura.
Y esta tríada es instrumento favorito del diablo para destruir relaciones de todo tipo, desde un matrimonio hasta la comunión fraternal en la iglesia. Tanto el odio como la amargura necesitan de la «célula madre» que es el enojo prolongado. Por esta razón Pablo señala como vital que «el sol no se ponga sobre nuestro enojo».
Tener, pero no retener la ira
Ningún creyente debe hacer «conserva» de resentimiento en su corazón.
¡Qué triste es cuando dos personas se echan en cara agravios u ofensas después de largo tiempo, incluso años!: «Tal día hace cinco años me dijiste o hiciste algo que me enojó mucho».
El hábito de hacer la paz, perdonarse y volverse a acercar con prontitud, si es posible antes de que acabe el día, es la mejor manera de prevenir separaciones, divisiones y luchas en todos los ámbitos, en especial la familia, el matrimonio y la iglesia, pero sin olvidar nuestras relaciones laborales y sociales. Merece la pena invertir esfuerzos en esta exhortación del apóstol, no sólo por sus efectos balsámicos en las relaciones, sino sobretodo porque ésta es la voluntad de Dios para todo cristiano que quiere imitar a su Señor.
¿Cómo saber la salud de una relación?
En esta línea, debemos afirmar que la salud de una relación, vg. el matrimonio, no se mide tanto por lo mucho o lo poco que discuten o se enojan las dos partes, sino por el tiempo que tardan en reconciliarse.
Este es el termómetro más fiable: ¿Cuánto tiempo tardan en resolver sus discusiones y enfados?
Si son capaces de hacerlo pronto, esta relación tiene un fundamento excelente aunque la frecuencia de sus «chispas» haga pensar lo contrario. Si tardan días o semanas en hacer la paz, la relación se está envenenando con la peor ponzoña: el enojo almacenado que lleva al desprecio del otro, a la frialdad y, finalmente a la muerte de la relación.
Conozco casos de matrimonios que han estado dos años sin dirigirse la palabra. Esta forma de reaccionar nos lleva de forma natural a considerar los pasos prácticos para lograr la reconciliación.
 
La puesta en práctica: Pasos hacia la paz
Vamos de nuevo a buscar la base bíblica, fuente de nuestra instrucción, para abordar este punto crucial. Seguimos con Pablo, esta vez en Ro. 12, capítulo antológico en el que se nos muestra cómo las nuevas relaciones de aquel que ha nacido de nuevo deben estar marcadas también por actitudes nuevas, algunas de ellas verdaderamente revolucionarias:
«No paguéis a nadie mal por mal... Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios. Así que si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal» (Ro. 12:17-21).
Un paso previo: evitar la venganza. «No os venguéis. Vence con el bien el mal».
El paso inicial para la reconciliación es el autocontrol que nos permite detener nuestro impulso natural de devolver mal por mal. Esta actitud, tan arraigada en el corazón humano, es venganza. No debemos limitar el concepto de venganza a sus formas más graves como la violencia planificada o el homicidio. Estas formas extremas sólo se ven en casos excepcionales.
La venganza puede ser mucho más sutil. De hecho, es una reacción casi espontánea de nuestra naturaleza caída. La observamos incluso en los niños: «¡Cuándo te coja!» o «me las pagarás» son frases bastante habituales en el vocabulario infantil. En sus formas «menores» todos hemos caído alguna vez en la venganza, que es -en esencia- devolver mal por mal.
Esta reacción es un obstáculo para restaurar una relación. Si quieres la paz, no te dejes dominar por tu ego ofendido o tu dignidad herida. Ciertamente no es nada fácil. Nuestro primer impulso es: «Sus palabras (actos) me han hecho mucho daño y esto no lo olvidaré nunca». Esta reacción es comprensible en un primer momento porque expresa el dolor de una herida; pero enseguida debe dar lugar al dominio propio, a evitar la «explosión». La palabra de Dios está llena de consejos al respecto, en especial en el libro de Proverbios:
«El necio al punto da a conocer su ira; mas el que no hace caso de la injuria es prudente» (Pr. 12:16); «El que fácilmente se enoja hará locuras» (Pr. 14:17); «La cordura del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa» (Pr. 19:11).
Este dominio propio que no se deja arrastrar por la venganza y que auto controla las explosiones de ira aun cuando tiene razón no es de origen humano sino divino. Para conseguirlo no bastan nuestros esfuerzos o una férrea voluntad; es sobrenatural porque viene de Dios (2 Ti. 1:7) y es una parte del fruto del Espíritu. No se nos pide, por tanto, luchar con nuestras propias fuerzas, sino con la ayuda poderosa del Señor Jesús, ejemplo supremo de persona «mansa y humilde» quien fue ofendido y humillado mucho más de lo que puede serlo cualquiera de nosotros (recordemos, por ejemplo Is. 53).
Evitar la venganza supone también renunciar a toda actitud o conducta destructiva, sobre todo de formas aparentemente inocuas, como la indiferencia.
Frases como: «Para mí esta persona ha muerto» son formas de venganza impropias del cristiano. Del escritor irlandés G. Bernard Shaw son estas palabras que podemos hacer nuestras: «El peor pecado contra el prójimo no es odiarle, sino mostrarle indiferencia».
Una de las experiencias más tristes que recuerdo de mi vida profesional como psiquiatra es un juicio al que tuve que asistir en calidad de perito. Una pareja cristiana se había separado y luchaba por la custodia de sus hijos. Nunca olvidaré el día de la visita, cuando los ex esposos tuvieron que verse las caras: las acusaciones, las calumnias y, sobre todo, el odio que podía leer en sus ojos me produjeron una memorable impresión. ¿Cómo es posible que dos personas, supuestamente cristianas, que un día se amaron y se prometieron fidelidad eterna, lleguen a odiarse tanto? ¡Cuán cierto es que en todas las guerras sólo hay perdedores y derrotas!
 
El camino hacia la reconciliación
Una vez ha surgido la discusión y estamos enfadados, ¿cómo podemos llevar a la práctica el consejo de arreglarlo lo antes posible? A continuación doy siete sugerencias a modo de orientación. La lista, por supuesto, puede ser mucho más larga, pero menciono estos pasos concretos porque me ha sorprendido gratamente comprobar cómo su puesta en práctica ha tenido unos efectos sorprendentemente positivos en centenares de personas con problemas de relación. Muchas veces fallamos en lo más básico, pero es en lo básico -en la base- donde se encuentra el fundamento que sostiene el edificio. De ahí la importancia de empezar por lo que parece sencillo.
1.- Toma la iniciativa.
No esperes que sea el otro quien lo haga, aunque creas que tienes tú toda la razón y que es el otro quien te ha ofendido. No digas: «ya vendrá él/ella si quiere». Dar el primer paso cuesta mucho, pero es una forma muy práctica de devolver bien por mal, una de las marcas distintivas del cristiano. A veces el esfuerzo parece inútil, sin resultados, pero Pablo nos dice que «haciendo esto, ascuas de fuego amontonas sobre su cabeza» (Ro. 12:20)
2.- Cuida las formas.
Cuando dos personas están enojadas, los gestos y las detalles son muy importantes porque influyen mucho en el resultado final. Ello es así porque permiten crear el ambiente propicio para la paz.
Por ejemplo:
*.- Procurad hablar siempre sentados. Se ha comprobado que estar de pie aumenta la agresividad (por ello no hay actualmente localidades de pie en los campos de fútbol)
*.- Cercanía física. En la medida que la relación lo permita (vg. matrimonio, padres e hijos etc.) acercaos físicamente. Cuanto más cerca, más probable es que puedas mirarle a los ojos y descubrir en el otro un tú lleno de sentimientos y necesidades. La mayoría de peleas se acabarían en el momento en que fuéramos capaces de ver en el tú a un ser humano por quien Cristo murió y no un enemigo objeto de mi ira. En el caso de los matrimonios, el hablar cogidos de la mano es la máxima expresión de lo que decimos.
3.- Preparación: oración y silencio.
Antes de empezar a hablar para solucionar el conflicto, orad juntos, en voz alta si es posible. La oración tiene un poder extraordinario para cambiar nuestras actitudes y nuestros estados de ánimo (Fil. 4:6-7). De la misma manera, un breve momento de silencio, dos-tres minutos, aquieta el espíritu para iniciar la conversación.
4.- «Prohibido» chillar e insultar.
Hablad en el tono de voz más suave posible. El volumen de la voz es inversamente proporcional a las posibilidades de reconciliación; cuanto más se chilla, más difícil es llegar a acuerdos. El levantar la voz, aumenta la agresividad, y a la inversa: «la blanda respuesta quita la ira, mas la palabra áspera hace subir el furor» (Pr. 15:1. Ver también Pr. 25:11) igualmente, evita las palabras ofensivas, la descalificación personal. Ningún desacuerdo, por grave que sea justifica insultar al otro o faltarle al respeto.
5.- Las palabras fruto de la ira apenas tienen valor.
Este es un punto importante: cuando uno está muy enojado, las palabras no expresan lo que de verdad hay en su corazón o en su mente, sino sólo el sentimiento de ira del momento. Es un hecho conocido que la ira ofusca la mente, obceca hasta la enajenación en casos extremos. Esta realidad es bien conocida por jueces y psicólogos. Por consiguiente, la creencia popular de que «cuando uno está enfadado dice lo que de verdad lleva dentro» es errónea y de consecuencias nefastas, porque se suele hacer un «museo» con estas desdichadas palabras que se guardan durante años. Nunca prestes demasiada atención a las palabras dichas en medio de una pelea.
6.- Busca la paz, no que te den la razón.
Muchas personas se acercan al otro después de una discusión con un enfoque judicial. Aun sin darse cuenta, lo que buscan es que se les dé la razón o que se les desagravie. Si surge la disculpa o la petición de perdón, tanto mejor, pero ello no siempre es posible porque en muchos motivos de discusión, más de los que imaginamos, ambos tienen su parte de razón. Simplemente ven las cosas desde puntos de vista diferentes. Una realidad universal es que no todos vemos la misma realidad de igual manera. En estos casos es importante ponerse de acuerdo en que están en desacuerdo. De ahí nuestra última sugerencia.
7.- Escucha de verdad y ponte en el lugar del otro.
¿Por qué digo escucha «de verdad»? La inmensa mayoría de veces, en medio de un enfado, lo máximo que hacemos es oir al otro, pero raras veces le escuchamos. Escuchar implica un esfuerzo por entender sus reacciones, por qué habrá dicho o hecho tal cosa, qué razones o explicaciones puedo encontrar a su forma de actuar. Cuando este esfuerzo es mutuo, la paz viene sola.
A pesar de todo ello, no siempre es posible «ventilar el tema» el mismo día, antes de acostarse. A veces, incluso es preferible no hacerlo porque alguna de las dos partes está muy encendida y el fuego puede volver a avivarse si retoman el asunto demasiado pronto. Ya sea por razones de temperamento o por la naturaleza del problema en cuestión, en ocasiones es mejor «dormir sobre el asunto», dejarlo enfriar.
En este caso, lo ideal es intentar hablar de nuevo al cabo de uno o dos días. Muchas veces descubrirán con sorpresa que ya no necesitan hacerlo porque el problema no les afecta tanto. ¿Qué ha ocurrido? Al apagarse el enojo, el problema motivo de la discusión ha quedado reducido a su tamaño real, mucho menor del que parecía tener horas antes. Sí, los sentimientos negativos, en este caso la ira (ocurre también con la ansiedad, la tristeza y otros sentimientos) siempre nos hacen ver los problemas mucho mayores de lo que en realidad son.
Estas sugerencias son como semillas. Su siembra paciente, realizada con humildad y espíritu de oración, es terreno bien abonado para que el Señor de nuestras relaciones las haga fructificar. Puede llevar su tiempo, como toda siembra, pero no te desanimes porque hay alguien aun más interesado que tú en derribar muros de separación: el Señor Jesús, cuyo ejemplo nos inspira y cuya gracia nos fortalece en la debilidad.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

DEVOCIONAL - me dijo que no

ME DIJO QUE NO

¿Has experimentado la dolorosa respuesta de un NO a una proposición de noviazgo?, quizá estuviste ilusionado con una chica o un chico durante mucho tiempo, entablando una hermosa amistad, pensaste que los dos se gustaban y quizá así era, pero llegado el momento de declararle tu amor y proponerle un noviazgo ella o él te dijo: NO.
A menudo recibo cartas y mensajes de chicos o chicas que fueron “rechazados” al declarar su amor por esa persona de la cual pensaron que estaban enamorados y puedo notar en esas cartas y mensajes una frustración muy grande como que si todo en su mundo hubiera acabado en el momento de recibir como respuesta un NO.
Hoy quiero dedicar este articulo a todos aquellos que en su momento recibieron un NOcomo respuesta después de una proposición de noviazgo.

Una linda amistad no necesariamente significa un futuro noviazgo
Hay un problema recurrente en las amistades y es que no se sabe diferenciar muchas veces entre una linda amistad y una intención de entablar un noviazgo. Por lo general todo noviazgo comienza por una hermosa amistad, pero no necesariamente es la regla general, es decir que puede que tengas una hermosa amistad con una chica, pero nonecesariamente significa que esa chica que te ve como amigo quiera en un futuro entablar un noviazgo contigo.
Nosotros los hombres somos muy rápidos para ilusionarnos, no sé porque razón pensamos que cuando una chica nos trata bien, es atenta con nosotros y cariñosa es que le gustamos o quiere un noviazgo en un futuro cercano con nosotros. Si hay alguien que se ilusiona rápidamente con cualquier demostración de afecto o amor, somos nosotros los hombres, también las mujeres eh, pero nosotros en mayor medida con pocas demostraciones, en cambio la mujer a pesar que también puede ilusionarse rápidamente, no lo hace con pocas demostraciones, sino con varias y sobre todo con palabras que la hagan sentir importante, querida, pero sobre todo amada.
El error que muchos en algún momento cometemos es que pensamos que aquella chica que me aprecia mucho y de la cual estoy ilusionado me dará un SI como respuestacuando le declare mi amor, pero siendo realistas hay muchas amistades que solo quieren ser eso AMISTAD, y muchos prefieren arriesgar su amistad para ver que sale, en lugar de cuidar esa amistad que puede ser para toda la vida.
En algún momento de mi vida tuve que decidir que quería de alguna chica, si su amistadde por vida o perder esa amistad por intentar tener un noviazgo. Al decidir no perder esaamistad influenciado por una ilusión momentánea acerté y ahora tengo amigas de por vida y muy buenas amistades que de haber intentado otra cosa seguro hubiera perdido y no hubiera disfrutado ahora de esa amistad sincera y confiada.
No toda la que te trata bien es porque quiere ser tu novia, tampoco no todo el que te trata bien y te dice cosas lindas quiere ser tu novio. Hay amistades que rozan el amor, pero más allá de un interés sentimental hay un interés por tu vida y por tu bienestar. ¡Hay que saber diferenciar eso!
Ahora bien la siguiente pregunta es:
¿Qué pasa si me le declaro porque pensé que me iba a decir que SI?
A veces todo a punta a que se gustan mutuamente, a que se quieren y a que es probable que su amistad termine en un bonito noviazgo.
Haber, narremos un episodio posible de un suceso como estos, nuestro personaje se llama Alejandro, quien esta enamorado de Paola:
Alejandro conoció a Paola quien llego a la Iglesia y entrego su vida a Cristo, Alejandro ya tenia algunos años de asistir a esa Iglesia y por alguna razón desde el primer día que vio a Paola sintió algo extraño, ¿Amor?. Alejandro era líder de jóvenes, tenia a varios jóvenes a su cargo y su privilegio lo detenía de hacer cosas que los demás podían hacer pero que él por amor a sus ovejitas no podía hacer. Providencialmente (según Alejandro), Paola fue a congregarse a su grupo de jóvenes, eso le dio la oportunidad a Alejandro de discipularla junto con otras hermanas, fue allí cuando comenzaron a entablar una hermosa amistad. Paola era menor que Alejandro unos cuantos años, pero parecía que se llevaban muy bien.
Durante varios meses fueron fortaleciendo esa amistad que pronto se demostró como un interés de parte de los dos, todo parecía que los dos se gustaban, se querían y se preocupan el uno por el otro. Andaban siempre junto a pesar que solo eran amigos, Alejandro por ser líder de jóvenes tenia bien en claro que tenia que orar a Dios para que le confirmara si Paola era la chica que Dios quería para él. Paola a pesar que era nueva en el evangelio también pedía dirección a Dios a su manera. Alejandro esperaba unarespuesta de Dios pues no quería equivocarse, eso hizo que el tiempo pasara y parecía que todo apuntaba a que un día iban a estar juntos como un noviazgo.
Era una amistad fantástica, disfrutaban cada momento juntos, ahora hasta servían juntos en varios Ministerios, salían a comer, a pasear, todo en un buen ambiente de amistad sin sobrepasarse nunca.
Después de un par de años, cuando Paola ya tenia una edad prudencial para entablar unnoviazgo, Alejandro decidió que era el momento adecuado, pues él sentía que Dios ya le había dado respuesta de que esa era la chica para él. Alejandro estaba muy emocionado de saber que por fin entablaría un noviazgo con una chica a la cual sentía amar. Entonces Alejandro como de costumbre invito a Paola a cenar, esta vez a un lugar más bonito que de costumbre, mientras disfrutaban de su platillo favorito Alejandro comenzó a hablarle a Paola lo que para él significaba su amistad, Alejandro por varias semanas había ensayado cada palabra que quería que Paola supiera, el sabia que el amor que el sentía hacia ella se merecía lo mejor y eligió sus mejores palabras que expresaran lo que realmente sentía por ella.
Mientras Paola escuchaba a Alejandro lagrimas comenzaron a salir de sus ojos y recorrían sus mejillas, Alejandro se inspiro más para expresar todo su amor y cada palabra que de su boca salía se escuchaba tan sincera y llena de amor, mientras Paola lloraba sin quererlo hacer. Cuando Alejandro termino su proposición la cual fue magnifica, no espero menos que un SI, al ver llorar a  Paola creyó que ella saldría hacia sus brazos a corresponder todo su amor, sin embargo Paola lloraba por otro motivo, ella solo pudo decir: “Lo siento, yo estoy orando por otro chico”, mientras se levanto de la mesa y se fue. Alejandro se quedo sin palabras, llegaron tantos pensamientos a su mente y por más que pensara no entendía que fue lo que fallo, se sintió tan mal, llego a su casa, se encerró en su cuarto y esa noche lloro como un niño pregúntando a Dios que fue lo que fallo.
Fueron muchas las noches que Alejandro lloraba en su cuarto mientras le pedía a Dios que le quitara ese sentimiento hacia Paola, le pedía que al día siguiente al despertar ya no sintiera nada, pero cuando despertaba seguía sintiendo lo mismo, y es que el sentimiento tarda en ocasiones de salir de nuestro corazón cuando nos ilusionamos.
Alejandro enojado con Dios, dejo de asistir regularmente a la Iglesia, se sentía devastado, sentía que todo había terminado para él, que ni el hecho de ser líder había tenido repercusión en Dios para que lo guiara, pero más allá de una culpa divina, era una idea la que Alejandro se había forjado y como consecuencia pensó que Dios lo avalaba.
Alejandro dejo de ir a la Iglesia, mientras Paola se convirtió en una líder. Paola recordaba mucho a su querido amigo Alejandro pero tenia miedo de acercarse a el porque podría dañarse más o ilusionarse con ella por la ayuda que le podría brindar,  pues en más de alguna ocasión quiso acercase a él para ayudarlo pero Alejandro dolido por todo no se lo permitió.
Esta historia puede ser el caso de muchos chicos o chicas que en su momento creyeron estar enamorados y al recibir un NO como respuesta decidieron dejar todo lo que antes les importaba.
Alejandro a pesar que fue un buen líder fallo en el área de los sentimientos, confundió una hermosa amistad con una posible relación y lo peor de todo es que no acepto el NO como parte de una probabilidad y decidió erradamente alejarse de todo y hasta de Dios.
Yo me pregunto, ¿Qué culpa tiene Dios que nos ilusionemos?, ¿No recuerdas que cada uno de nosotros tenemos libre decisión?, Y es que a veces quisiéramos que Dios nos obligara a no enamorarnos de alguien, cuando los responsables de eso somos nosotros quienes nos ilusionamos rápidamente.
A veces pasa que oraste a Dios y sentiste que Él te respondió con un SI, pero ¿Será que realmente Dios te dijo SI, o será que pensaste que fue un SI porque sentías mucho amor y atracción por esa persona? La Biblia dice: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” Jeremías 17:9 (Reina-Valera 1960).
Es una lastima que Dios pague los platos rotos de nuestras ilusiones rotas, conozco cientos de casos de chicos y chicas que después de un NO, no regresaron más a la Iglesia. ¿Por qué?, ¿Qué culpa tiene Dios de todo esto?, ¿Por qué lo primero que pensamos es alejarnos de Dios?, ¿Acaso hay alguien más que pueda curar tu corazón aparte de Dios?
Dios cura los corazones
La peor decisión que puedes tomar cuando recibiste un NO como respuesta es alejarte del único que puede curar verdaderamente tu corazón.
A veces somos nosotros mismos con nuestras propias decisiones los que nos dejamos llevar por la ilusión del momento sin pensar en la consecuencia, entonces es como que nosotros mismos nos apuñaláramos el corazón: “¡Pero sus arcos y sus flechas quedarán hechos pedazos, y será su propia espada la que les parta el corazón!” Salmos 37:15 (Traducción en lenguaje actual).
A veces nos pasa como al salmista, entre más pensamos en la respuesta negativa que recibimos, más nos angustiamos: “¡el corazón me ardía en el pecho! Mientras más pensaba en esto, más frustrado me sentía;…” Salmos 39:3a (Traducción en lenguaje actual).
También cuando estás en ese periodo de dolor pareciera que te has quedado sin fuerzas porque tu corazón esta como cera derretida: “Me he quedado sin fuerzas, ¡estoy totalmente deshecho! ¡Mi corazón ha quedado como cera derretida!” Salmos 22:14 (Traducción en lenguaje actual).
Ahora bien, no es la voluntad de Dios que pases toda la vida quejándote por no haber entablado ese noviazgo, ni que pases llorando todo el tiempo, ni triste, ni solo. ¿Quién dice que el mundo se acabo para ti?, ¿Quién te dijo que es tu fin?
A veces al ver la negativa de esa persona que pensaste amar y que te amaba, sentimos como que NUNCA vamos a encontrar a alguien como ella o las chicas creen que nunca encontraran a un chico como ese que les dijo que NO.
La verdad es que la idea es no encontrar a otro que te diga NO, sino encontrar a alguien que te ame, te respete, te respalde y sienta lo mismo que tu sientes hacia esa persona, pero para ello primero tiene que sanar tu corazón, porque si no dejas que Dios te sane el corazón volverás a fracasar en tu siguiente intento.
Es necesario que reconozcas que Dios no tuvo la culpa de lo que te paso, que fuiste tú quien decidió actuar, que Dios nunca te va a obligar a hacer algo que no quieras hacer, es necesario que te arrepientas de corazón de todas aquellas palabras que dijiste hacia Dios o aquellos pensamientos que tuviste en su contra por lo mal que te fue, lo bueno de todo es que Dios siempre esta dispuesto a perdonarte, no importando lo mal que te portaste, lo feo que dijiste o lo pésimo que reaccionaste, Él siempre esta dispuesto a perdonarte:
“¡Arrepiéntanse y vuelvan a mí, pero háganlo de todo corazón, y no sólo de palabra! Yo soy tierno y bondadoso, y no me enojo fácilmente; yo los amo mucho y estoy dispuesto a perdonarlos”.
Joel 2:13 (Traducción en lenguaje actual)
Si hay alguien que te ama a pesar de TODO ese es Dios, y su voluntad no es que estés triste todo el tiempo, Él quiere verte sonreír pues Él tiene algo lindo preparado para ti, pero para ello necesitas acercarte nuevamente a Él.
Tu vida no se termina por un NO, Dios ha de poner en tu vida a alguien que realmente te va amar, esa persona con la que compartirás tu vida, esa persona con la que realmente vas a ser feliz, pero debes depositar tu corazón, tus emociones y sentimientos en las manos de Dios para que Él te guie, no hagas nada si no es Dios quien te guía, pues la voluntad de Dios es que nos rindamos completamente a Él, porque no hay mejor Arquitecto para nuestra vida que Dios.
Hoy quiero que sonrías nuevamente, porque Dios tiene un futuro hermoso para ti, sonríe porque sus planes para tu vida son perfectos y si esa persona te dijo que NO era lo mejor, porque es mejor recibir un NO como respuesta, que estar con una persona que no te amara a totalidad, sino solo por compromiso.
Si eres fiel a Dios buscándolo y manteniendo una relación personal genuina con Él, estoy seguro que en un tiempo perfecto Él te dará a esa persona que tanto has esperado, pero es necesario acercarnos al Señor y vivir cada segundo de nuestra vida para Él.
La Biblia dice:
“Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey, y que hagan lo que él les pide. Dios les dará a su tiempo todo lo que necesiten.”
Mateo 6:33 (Traducción en lenguaje actual)
¡Si buscas primero a Dios sobre todo, Él te dará exactamente lo que necesitas!